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El arte como medio de comunicación para las marcas

La creatividad sin estrategia se llama arte. La creatividad con estrategia se llama publicidad.

Parece que hablamos de dos términos, arte y marketing, marketing y arte, que no terminan de entenderse del todo. Pero, la realidad del momento, es que son totalmente complementarios y están más unidos que nunca. Es verdad que cuando hablamos de marketing nos viene a la cabeza conceptos como ventas, promoción, merchandising, branding…. que, además de no entender del todo, nos pueden sonar a puro mercadeo y forma de hacer dinero. Algo que parece no cuadrar del todo con el concepto más espiritual del arte.

Sin embargo ambos términos están unidos por una habilidad importante, la creatividad. Hoy, en el arte como en el marketing, la creatividad es fundamental porque es sinónimo de pensamiento original, de imaginación constructiva y pensamiento creativo.

El arte es una expresión del entorno; por otro lado, el marketing divulga, informa y atrae. Ambas disciplinas buscan generar una experiencia estética: el arte para despertar sensaciones, y el marketing para cambiar o acentuar la precepción de un producto/servicio.

Actualmente, son frecuentes las campañas publicitarias que se apoyan en obras de arte para llegar a su público objetivo. La Publicidad y los soportes utilizados adquieren, cada vez más, una dimensión artística que les permite ganar prestigio y diferenciación frente a un consumidor sobrexpuesto a los mensajes publicitarios.

El arte urbano o street art, hace referencia a todo el arte realizado en las calles. Es decir, es un movimiento que engloba tanto el graffiti como a otras expresiones artísticas callejeras. Desde mediados de los años noventa, el término STREET MARKETING se ha utilizado para describir el trabajo de un conjunto de artistas que han desarrollado un modo de expresión diferente en las calles. Para ello, han utilizado diversas técnicas, como posters, stickers y murales entre otros. Aunque sin duda, la esencia del arte urbano no solo es la de crear obras en los espacios públicos, sino que el arte tenga un mensaje. Es decir, que transmita un mensaje político, social, cultural, sustentable, o incluso moral, capaz de remover consciencias y criticar situaciones públicas que afectan a diversas minorías.

En muy pocos años la publicidad deja una profunda huella en las ciudades, los mensajes publicitarios conviven como un elemento más de los que configuran el paisaje urbano. Para los movimientos artísticos que hacen especial hincapié en el valor del arte como comunicador, la publicidad les abre las puertas de la calle. El arte sale de los lugares comunes como museos y salas de exposiciones e intenta participar activamente en la vida cotidiana del público.

De ser un tipo de expresión artística al margen de la ley a ser contratado por las grandes marcas, empresas y emporios de lujo. Sin duda que el arte urbano ha recorrido un largo camino, pero el salto a la publicidad más exclusiva no estaba en los planes de las marcas, creativos, ni de los gerentes de marketing de las empresas transnacionales más grandes.

Pero así está sucediendo: desde Londres a Los Ángeles, y desde México a San Paulo hay murales pintados por artistas urbanos con publicidades de marcas como Fendi, Nike, Absolut, Netflix, Audi, Stella Artois, Gucci, Swatch o Zippo. La mayoría son marcas de lujo, pero sus campañas han funcionado de maravilla, lo cual deja abierta la puerta para otras marcas e industrias a sumarse a esta forma de comunicación y diferencicarse de la competencia.

Las marcas no son impermeables al éxito del ‘Street Art’ y, desde hace algunos años, pelean por incluirlo en su oferta.

Gucci apuesta por el mural

Gucci llenó grandes paredes de edificios con campañas de murales, así como su grupo propietario Kering (dueño de marcas como Saint Laurent, Ulysse Nardin o Boucheron) contrató a artistas urbanos para la promoción de valores como la igualdad de género.

Estas gigantescas muestras de arte se pueden ver en las fachadas laterales de construcciones de la Ciudad de México, Hong Kong, Taipei, Shanghái y Milán, entre otra ciudades.

El salto al mercado de la publicidad

Que las marcas usen a artistas urbanos para sus campañas no es novedad, pero es la primera vez que se ve a las firmas requerir de sus servicios. Las marcas saben que un anuncio pintado a mano con aerosol o acrílico tiene más impacto en las redes sociales que una publicidad tradicional. La clave está en su impacto público, y sobre todo, a través de las redes sociales.

Hace una década las agencias de publicidad estaban obsesionadas con ganar audiencias a través de los canales digitales. Esta apuesta por el arte urbano sería como un regreso a los orígenes, la de los mensajes pintados en una pared, pero en clave 2.0.

Diferenciarse de la competencia

“Nuestros clientes siempre van a buscar algo nuevo para diferenciare de la competencia. Eso es lo que estamos viendo con los murales y los grafitis”, dijo Louise Stubbings, directora creativa de la agencia publicitaria Clear Channel U.K.

Un anuncio colocado en una parada de camiones se puede medir por las miles de personas y vehículos que pasan por allí cada día. Pero las campañas que recurren al arte urbano pueden cuantificar y triplicar su impacto con contenidos para social media.

Impacto en redes

Por ejemplo, el mural de 17.500 metros cuadrados sobre un techo en Londres que Zippo patrocinó con el Ben Eine y la firma Global Street Art Agency logró 11,5 millones de visualizaciones en diversas plataformas.

Y eso que la obra, de una superficie equivalente a 67 campos de tenis, sólo se podía ver desde el aire. Otra campaña entre la casa de moda italiana Fendi y la citada Global Street Art Agency logró más de cuatro millones de visualizaciones en Youtube.

Más atención por parte de los potenciales clientes

Cuando hay un anuncios en la calle, nadie se detiene a sacarle una foto, pero si está pintado a mano, la gente pone atención, no solo a la obra en sí, sino a su proceso de creación. Hay un espectáculo por detrás. Y cuando alguien lo fotografía adquiere una nueva vida.